Más allá de la normativa; transformando y fortaleciendo culturas organizacionales saludables

Este mes hemos iniciado nuestros ciclos de charlas sobre Ley Karin, tanto para líderes como colaboradores de distintas organizaciones.

Como sabemos, la Ley N° 21.643, conocida como Ley Karin, establece un marco regulatorio integral para la prevención del acoso sexual, laboral y la violencia en el trabajo en Chile. Su puesta en marcha, a partir del 1 de agosto, obliga a todo empleador a informar, impartir directrices claras sobre los elementos que componen esta nueva ley e implementar protocolos de prevención/gestión de riesgos, medidas preventivas, canales de denuncia y atención a las víctimas.

Advertir y comunicar es mandatorio y sumamente importante, pero en Proqualitas tenemos la convicción de que no basta con el mero deber de informar y apegarse a la normativa; creemos que el desafío es la transformación cultural y el fortalecimiento de los valores y virtudes organizacionales. Debemos ser conscientes de cómo hemos llevado nuestra manera de vincularnos con otros en nuestro trabajo y cuestionar profundamente muchas de nuestras conductas normalizadas, las cuales pueden estar pasando a llevar los límites y el bienestar de los demás, haciéndolos sentir maltratados en el entorno de trabajo.

El objetivo principal de la Ley Karin es promover ambientes laborales seguros y saludables, libres de cualquier forma de violencia y acoso, considerando al ser humano en su dignidad e integralidad.  Esto debe importarnos no solamente por el respeto al bienestar de las personas, si no, porque solo conservando y cuidando nuestra salud organizacional podremos facilitar ambientes productivos y organizaciones que logren los resultados esperados.

Según un estudio de Bucketlist Rewards (https://bucketlistrewards.com/blog/analyzing-productivity-workplace-statistics/) un entorno laboral saludable puede reducir los costos asociados al ausentismo y la rotación de personal. Por ejemplo, el estrés contribuye al 19% de los costos por ausentismo, al 30% de los costos por discapacidad, al menos al 60% de los accidentes laborales y al 40% de los costos por rotación de personal. El mismo estudio señala que la ansiedad y el estrés pueden resultar en pérdidas significativas de productividad. Se estima que cada año se pierden 12 mil millones de días laborales a nivel mundial debido a la depresión y la ansiedad, lo que cuesta alrededor de 1 billón de dólares en productividad perdida.

Entonces ¿Cómo lo hacemos para construir un lenguaje y cultura común que nos permita construir ambientes saludables y productivos?  Empezar a aprender, establecer y reconocer límites es crucial para prevenir el acoso laboral y sexual y la violencia laboral. Estos límites no solo protegen nuestro bienestar emocional y físico, sino que también son una defensa fundamental contra comportamientos inapropiados y abusivos en el entorno laboral, que terminen en situaciones de maltrato.

• Identifica tus límites: Comunícalos claramente, perdiendo el miedo a decir no, y busca apoyo cuando éstos sean transgredidos.

• Escucha activamente: Presta atención a la comunicación verbal y no verbal, tuya y de los demás

• Respeta las decisiones: Acepta y respeta las decisiones de otros cuando establecen límites, incluso si no coinciden con tus expectativas o necesidades.

• Pide permiso: Antes de tomar acciones que puedan afectar el espacio personal o las responsabilidades de otros

• Ofrece apoyo: Si alguien expresa un límite o necesidad, muestra disposición para apoyarles Esto fortalece la confianza y la colaboración.

• Comunica claramente: Siempre comunica tus intenciones y expectativas de manera clara y respetuosa, asegurándote de no sobrepasar los límites establecidos por otros.

La implementación efectiva de esta ley dependerá del compromiso y la colaboración activa entre todos los integrantes de la organización, asegurando que el ambiente de trabajo sea digno, seguro, y que sea un espacio en donde la comunicación este por delante, nos permitan comprendernos, escucharnos y respetarnos entre todos, evitando tener que llegar a la denuncia en situaciones que podrían resolverse con disposición al diálogo, entendimiento colectivo y comprensión de los límites.

Nuestra invitación a las organizaciones es a reflexionar y generar espacios de conversación constantes para sensibilizar a colaboradores y líderes sobre la prevención del acoso y la violencia, fomentando un entorno de trabajo respetuoso y libre de discriminación, junto con el desarrollo de habilidades para la contención emocional, desarrollo de confianza, colaboración y escucha empática.